samedi 28 décembre 2013

"Lo digital es la utopía tecnocientífica de hoy", entrevista con Pablo de Vita


Hace unas semanas, Hervé Fischer, artista y filósofo francés que reside en Canadá, visitó Buenos Aires invitado por el Ministerio de Cultura porteño para debatir el papel de las ciudades en el mundo contemporáneo. En esa oportunidad, Fischer (autor entre otros libros deCiberprometeo El choque digital Planeta hiper ) analizó, en diálogo exclusivo con adncultura , el devenir de las grandes urbes ante la irrupción del universo digital y cómo ha cambiado nuestra forma de entender el mundo.
-¿Cree que la tecnología permitirá crear ciudades más amigables?
-El camino es crear ciudades inteligentes en un planeta de conexión inteligente, porque lo digital es la utopía tecnocientífica de hoy. No tenemos más utopías políticas, como en el siglo XIX. Todos esos relatos han perdido credibilidad y hoy las nuevas generaciones siguen el progreso tecnológico a través de la creencia en lo digital. Las jóvenes generaciones creen sin límites en el progreso tecnológico pero llega el momento en que deben integrarse en la sociedad de los adultos, buscan un trabajo y entonces sobreviene la frustración. Como filósofo, considero que no podemos quedarnos con la posmodernidad, que tuvo mucho interés en desmitificar relatos fundamentales, como la religión, el racionalismo o el psicoanálisis, pero dejó como resultado la pérdida de un sentido y permitió así la aparición del cinismo, del consumo, del tiempo vertical y la idea de la crisis total. La credibilidad de la utopía de la tecnociencia que tiene vigencia hoy reside en la posibilidad de conectar las comunidades en una red global pero sin caer en el pensamiento mágico de que con lo digital vamos a cambiar el mundo.
¿No cree que la fe en la tecnociencia nos hace retroceder más de un siglo? Esa experiencia se vivió en buena medida con el positivismo.
-Tenemos sujeción por las lógicas, un modelo que tiene su propio racionalismo. Hoy los sociólogos piensan en el big data de recurrencias y comportamientos. Por ejemplo, cuando usted paga un pasaje de avión, la tarifa no tiene mucho que ver con la distancia sino con la información que manejan las compañías del proceso analítico del big data, que les dice que existen vuelos llenos o vacíos, y deciden cambiar el precio en función de ese análisis. El racionalismo conceptual ha sido reemplazado por un algoritmo que considera desde cómo hacer más dinero hasta cómo es posible que exista un asteroide que modifica su trayectoria. Entonces nuestro pensamiento ha sido reemplazado por híperlinks cuya información nos permite decidir un cambio en la ciencia o en la tarifa aérea. Es casi una lógica cero no basada en el sentido sino en una observación constante. Desde los tiempos de la Revolución Francesa le hemos dado un estatus de mito a la razón, reemplazando la capacidad de la superinteligencia divina por la inteligencia humana. Ahora se dice que reemplazaremos la inteligencia humana por la digital. El positivismo se fundó en la ciudadela de un racionalismo clásico como una creencia, reemplazando a Dios por la razón. La posmodernidad quitó la credibilidad tanto del positivismo como de la religión y ahora el big data no nos da una dirección que se continúe en la utopía de la inteligencia artificial. A mí no me satisface, porque no podemos delegar la responsabilidad en la naturaleza, en la religión, en la razón o en la computadora. Prefiero pensar en el mito del hombre como creador de su entorno, como ser responsable y libre.
-¿Eso lo ha llevado a volver a pensar en Spinoza? Él no creía en el libre albedrío.
-Hice mi tesis de maestría sobre Spinoza, es verdad, pero lo veo como el fundador del materialismo y nunca pensé en su creencia en Dios. Considero que para garantizar su seguridad física, él dijo: "El universo es Dios", pero que pensaba que Dios es materia. Hay varias interpretaciones sobre Spinoza y ésa es la mía. La libertad es un fundamento para que el hombre construya su ética planetaria, ya que si hay libertad, debe haber responsabilidad. Lo universal debe atravesar las diferentes culturas porque, por ejemplo, no puede aceptarse que algunas desvaloricen el rol de la mujer. El compromiso es respetar un sistema universal de derechos humanos para que luego pueda desarrollarse, sin contradicción, la diversidad cultural sin problemas. Es la única manera de escapar del relativismo y del desencanto.
-¿Cómo ve los cambios en la iglesia católica a partir de la elección del papa Francisco?
-Los veo positivos porque, si bien soy ateo, considero que la religión católica no es más un integrismo, como lo fue en el tiempo del cisma. Es una religión que se ha hecho soft y, aunque conserva elementos integristas que también se observan en el judaísmo y el islam, es una religión que piensa mucho en la moral sin ponerlo en relación directa con el castigo de Dios. Asimismo la religión católica nos protege de las sectas, que son mucho más peligrosas porque son manipuladoras. El problema actual del islam es que hay demasiados integristas con diferencias de interpretación enormes y eso no pasa en la Iglesia Católica gracias a su centralismo.
-¿Por qué se vinculó con Raymond Aron, pese a pertenecer a una generación que se deslumbró con Sartre?
-Estudiaba en la École normale supérieure, donde estaban Lacan, Althusser, Foucault y Aron. Escuché sus seminarios, el único que no vino fue Derrida. Aron tuvo mucho impacto en mí, más que la idea del existencialismo, porque Jean-Paul Sartre fue cambiando hacia una postura radical abrazando el maoísmo. Por otro lado, a Aron lo vi más humano y tenía una diferencia fundamental con Sartre: era filósofo pero también sociólogo. Mi primera formación era la filosofía pero después de Mayo del 68 fui hacia la sociología. Le entregué varias ideas y él fue quien me llevó a investigar acerca de Spinoza. Aron era un hombre de derecha y después de 1968 mis ideas estaban lejanas al gaullismo de él, pero eso nunca fue un problema. Yo pensaba que Albert Camus era mucho más valioso que lo que decía Sartre sobre él, y hoy vemos que Camus ha tenido una postura mucho más humana con relación a la guerra de Argelia pero también sobre el nihilismo, y finalmente hoy pensamos más con Camus que con Sartre. En París en ese tiempo se daba una competencia entre grandes filósofos, como Lacan o Althusser. Tampoco creía en Lévi-Strauss o Greimas, con su estructuralismo en lingüística. Trabajaba mucho con Derrida pero, si bien no tenía demasiado interés en sus ideas, hoy lo entiendo mucho más que en el pasado, pese a su estilo escolástico. No tenía muchos modelos para pensar, a excepción de Foucault, pese a la experiencia que tuve con él.
-Es inevitable pedirle que se explaye sobre el asunto.
-Michel Foucault fue mi profesor en la mesa de examen para ingresar en la École normale supérieure. dos veces. La primera vez debía elegir un pequeño papel con una pregunta y ésta era: "¿Qué es un hombre normal?", una pregunta típica de Foucault, que fue difícil de responder para mí y no tuve una buena nota. Al año siguiente me presenté otra vez y elegí otro papelito: "¿Qué es un hombre grande?", decía esta vez. Yo estaba más preparado y pude ingresar. Pero Aron me parecía de una inteligencia aguda, pese a no tener una gran obra escrita. Recuerdo que una vez me dijo que lo único que iba a sobrevivir de su pensamiento era la idea de la "disuasión" pero, claro, eso no es mucho. Una época muy rica. yo estaba en ese mundo de debates que ya no existe más.
-Formalmente todos esos nombres integran los planes de estudio de cualquier universidad pero se desconoce qué sucede con la filosofía hoy. ¿Dónde está la filosofía contemporánea?
-Es una buena pregunta pero terrible porque parece que no está en ningún lado. Cuando me fui de todo ese mundo académico parisino a Quebec, descubrí que la labor intelectual en América del Norte no vale mucho porque su voz no es escuchada como parte hacedora del futuro. Vale menos que la opinión de un ingeniero. Eso me sirvió para aprender el valor de la modestia y a no hacer juegos de palabras. Pese al sufrimiento de escribir libros que no se leen mucho y la falta de debates intelectuales, aprendí a descubrir otros valores. No tenía ninguna razón para irme de la Sorbonne pero me interesaba cambiar de escenario sociológico e introducirme en otra esfera, con parámetros diferentes a los de la escena social francesa. Eso sirve para abrir la conciencia.
-¿Cuándo se refiere a América del Norte también incluye a los Estados Unidos?
-Es peor en los Estados Unidos, donde los intelectuales, salvo dos o tres, son periodistas que se dedican a hacer gigantescos dossiers académicos que no construyen una visión que se articule. No son filósofos pero debí aceptarlos, leerlos y me dieron muchísimo material para analizar.
-Cuando se acabe el reinado del papel, ¿cómo va a ser la preservación del patrimonio?
-El papel es un soporte menos volátil que el digital. La idea de digitalizarlo todo y olvidarse de los libros de papel es equivocada. Cada año tenemos dos veces más información que en el anterior. Pero llega el momento de decidir con qué quedarse y entonces sobreviene el peligro porque, ¿con qué criterio vamos a decidir que un libro, una película o una partitura no valen la pena? Conozco una pequeña biblioteca en Quebec que tenía el problema del espacio, llegó un nuevo director y vio qué libros se leían y cuáles no. Comprobó que Balzac o Flaubert no se leían demasiado y decidió que los iban a sacar para dar espacio a los libros que se piden hoy. Lo digital es una herramienta de acceso pero no de conservación del patrimonio. Es una obligación pensar en los libros de papel como los masters y preservarlos.
-Hace unos años usted predijo que lo digital iba a cambiar al espectador. ¿Qué se cumplió de su hipótesis?
-La imagen es un flujo de vibraciones donde se pierde precisamente la imagen. Para que se entienda: tiene cierta relación con la música y ese flujo le ha hecho perder a la imagen su estabilidad icónica. Considero que hay que "parar" las imágenes y analizarlas para poder elegirlas y pensarlas. De lo contrario, es ver un libro sólo como un flujo de letras, y eso no permite un pensamiento. Como filósofo y artista, no me interesa abrir la canilla del flujo de píxeles y, por eso, he desestimado el arte digital, porque se consume y se olvida rápidamente.
-¿Qué lugar queda para la pintura tradicional frente al universo digital?
-El problema no es la pintura sino sus temas, que no pintan el mundo digital que vivimos hoy. No es obsoleta sino que lo son muchas de sus temáticas, pero la pintura tradicional permite buscar los íconos del universo digital. Creo que la pintura va a seguir porque el problema de las artes digitales es que no tienen perennidad y, como cultura, necesitamos de una memoria. Lo digital tiene la debilidad de no preservarse.
-Lech Majewski dijo que uno de los problemas del arte contemporáneo es que las vanguardias negaron la figura humana reduciéndola a la experimentación o la propaganda y que la figura humana se había fugado al cine. Con lo digital, ¿dónde estamos hoy?
-Estamos en un punto de intersección entre redes de información que nos ayudan a construir nuestra personalidad y estamos emitiendo mensajes. Claro que muchas personas tienen una identidad virtual gracias a la web, y para muchos jóvenes hoy la realidad de Facebook tiene mayor importancia que lo que sucede en la realidad de su familia. Y así se cambia la figura humana. Aquí tiene mi explicación, un autorretrato.
-En su momento usted dijo que Facebook era una red cínica ¿sigue pensando lo mismo?
-Sí, porque el contrato dice que cuando uno pone su password, acepta el contrato y que toda la información que va a poner es propiedad de Facebook, que se da el derecho de aumentar la información sobre uno. Cuando uno se va, toda la información volcada queda en el sistema. La ingenuidad de los adolescentes que desean tener muchos amigos es manipulada y para mí es una pesadilla. Debería existir una legislación para proteger la vida privada y poder escapar de esa manipulación, y uno de los caminos es la educación frente a lo digital. El derecho está atrás del progreso tecnológico, dado que se necesita tiempo para fundar la ley porque si no podría tener efectos perversos, pero eso presenta un nuevo problema en las sociedades de velocidad digital.
-¿No cree que aún hoy vivimos regidos por ideas fundadoras del Renacimiento?
-En el Renacimiento la idea fundamental fue que el hombre debía tomar posesión de su identidad, su cuerpo y su razón, que en la Edad Media había delegado en Dios. El humanismo redescubrió esos valores y son el inicio de lo que sucede hoy. Pero ahora nos encontramos con la delegación del humanismo en la computadora, como un Dios del futuro. No se puede pensar el humanismo hoy sin integrar la tecnociencia y lo digital, haciéndolo evolucionar, porque nosotros somos los creadores de la tecnología..

‘La tecnología cambia la conciencia y otorga más responsabilidad’ MONSERRATH VARGAS L.

Para Hervé Fischer, la Internet es como un auto: así como puede salvar una vida, también puede quitarla. Por eso, este filósofo, artista, escritor y humanista asegura que no hay que satanizarla, sino, más bien, prestar atención al uso que hacemos de ella.
Fischer visitó el país para participar como expositor en la ExpoTelecom 2013, en el hotel Intercontinental, y conversó con La Nación sobre la Internet, el progreso tecnológico entendido como el progreso humano y las redes sociales.
¿Cómo influye Internet en los seres humanos?
Hoy sabemos lo que pasa en todo el mundo casi en tiempo real. Se habla mucho de la realidad aumentada; por ejemplo, si ando buscando opciones para comer en Costa Rica, con mi smartphonepuedo encontrar opiniones de otros usuarios que han visitado y comido en restaurantes del país. Si hablamos de la realidad aumentada como el progreso, tenemos también que hablar de la conciencia aumentada. Al recibir información de lo que pasa en otros lugares del mundo, tengo más conciencia; por lo tanto, más responsabilidad: una obligación de ayudar. Esto crea un sentido de ética planetaria.
¿Nos está haciendo la tecnología más o menos creativos?
Es una paradoja que una tecnología tan básica, como un código binario compuesto de unos y ceros (1,0), aumenta no solo el sentido de la creatividad, sino también el de la responsabilidad. La tecnología cambia la conciencia. Yo la veo como algo muy positivo, como un progreso que nos permite tener más responsabilidad. Lo digital es como un psicotrópico que excita la imaginación, la innovación. Sin embargo, al mismo tiempo crea una dependencia, una adicción, que es un problema para muchos jóvenes que vemos todo el tiempo interactuando solo con su teléfono inteligente.
El progreso tecnológico, ¿es lo mismo que el progreso humano?
Los jóvenes creen en el progreso, como el progreso tecnológico, pues les da una coloración a su visión de mundo. Creen que el progreso tecnológico es lo mismo que el progreso humano. Sin embargo, eso no es verdad.
”Este último es mucho más difícil que el tecnológico. La tecnología seguirá moviéndose, avanzando, pero para cambiar la condición de la mujer, la salud pública, disminuir la violencia que hay en los países, lo que se requiere es conciencia aumentada.No hay un algoritmo para salir de la crisis económica o aumentar el mercado de trabajo, hay situaciones que son difíciles y pertenecen a la realidad .
Usted preside la Federación Internacional de Asociaciones de Multimedia, ¿cómo contribuyen ustedes desde esa trinchera a la conciencia aumentada?
Hace un tiempo organicé un proyecto en Pekín; participó gente de China y Togo, entre otros. Con el apoyo de la Organización Internacional de Francofonía. Metimos en una sala a 20 chicos de África y China que no se conocían. Ellos hicieron un videojuego.
”El encuentro fue tecnológico, pero provocó un diálogo intercultural. Ellos produjeron con diseño digital, fondos o ambientes que remitían a China y África, mezclando animales y arquitectura característica de ambos lugares. Esa fue una experiencia emblemática de cooperación, de diálogo intercultural con interactividad”.
¿Qué opina del papel que juegan las redes sociales hoy?
¿Qué hace una persona que está mirando la pantalla de su teléfono celular? Esperar. Esperar a que le llegue un mensaje que le dará una esperanza, algo de amistad, o proveniente de otro ser humano, que le llene su deseo de integración. El cibermundo es como el útero del cuerpo de la madre, todos los que están ahí son fetos que esperan conectarse, recibir amor para tomar, comer y crecer.
¿Qué hacer entonces frente a ellas? ¿Alejarse?
Con los medios sociales, la gente realmente vive una vida paralela, que es más seductora que la vida real. Es como tomar una copa de vino, que puede ser agradable y sin peligro si es una o dos copas. El problema estaría en tomar demasiado vino, pues encontrarían muy difícil sobrevivir en un mundo real.
¿Hay que cuidar la reputación en Internet?
Sí. Cuando hablo de una conciencia planetaria, eso significa que hay conocimiento y transparencia de lo que hace cada persona. La transparencia es un tema que los jóvenes aceptan muy bien, pero viene con el riesgo de no controlar lo que pasa con su imagen.

mercredi 20 novembre 2013

consciencia aumentada en Desamparados


Un encuentro en Desamparados (Costa Rica) el 9 de Octubre 2013 sobre el tema del hiperhumanismo et de la consciencia aumentada. Una invitacion de Rafael Flores Madrigal.

vendredi 5 juillet 2013

Les divergences du futur




Nous le savons aujourd’hui : nous, les hommes, ne sommes pas descendus du ciel, mais des arbres. Au cours d’une lente évolution, devenus animaux parmi ceux qui se redressent, par un extraordinaire accomplissement, nous avons réussi à prendre position en tête de la nature. Et un jour, un lointain jour du futur, nous deviendrons des dieux. D’abord des dieux semblables à ceux qu’avaient inventés les Grecs anciens, encore régis par Prométhée, Éros et Thanatos. Puis des  dieux accomplis, qui honorerons l’éthique. C’est alors, alors seulement, que nous serons de vrais dieux. Pas des dieux éternels, car  nous ne compterons plus les millénaires, mais des dieux qui se reproduiront et se répandront dans l’univers sans le détruire, l’honorant comme nous-mêmes. Nous aurons apaisé nos désirs, empli nos manques d’hommes. Nous serons l’univers. Mais nous aurons encore la tâche incessante, par une ultime divergence à peine imaginable, d’y ajouter la justice préventive et compensatoire qui fait si cruellement défaut à la violence de sa nature. Nous ne pourrons plus dire comme Spinoza : c’est ainsi. Il faudra aller encore plus loin dans l’éthique. Et lorsque nous y parviendrons, nous aurons achevé le long cheminement de toutes les divergences du futur, jusqu’à l’origine des temps.  

lundi 13 mai 2013

Sortir du paradigme socio-mercantile




Depuis la chute du mur de Berlin, et l’échec catastrophique du communisme, s’est imposée une dérive perverse du capitalisme, contre lequel ne s’opposait plus aucune alternative capable de lui résister. S’est ainsi imposé un nouveau paradigme, celui de l’ultralibéralisme, inspiré du darwinisme économique et social. On a réactualisé les vertus de la main invisible d’Adam Smith, cette sorte de providence naturelle de l’économie à la quelle il faudrait s’en remettre, selon Herbert Spencer. Il est vrai que la mort de Dieu, la perte de crédibilité des récits mythiques fondateurs qu’ont mis en évidence les philosophes de la postmodernité à la fin du XXe siècle, ont aussi contribué à ce grand vide de sens, de lien organique de la société des individus, si atomisée qu’elle est difficilement endurable et même durable. Cette vacuité idéologique appelait à la reconnaissance d’un nouveau paradigme, basiquement posthistorique et postnational, prétendument a-idéologique, fondé sur le pragmatisme et le réalisme le plus trivial, mais susceptible de combler sans retard cette vacuité. Les économistes ont donc théorisé une sorte de rationalité marchande et technoscientifique, à laquelle on devrait s’en remettre tout aussi bien pour assurer l’ordre social que les relations internationales. Ce degré zéro de l’idéologie est bien évidemment tout aussi idéologique que les religions ou les utopies sociales. Il est même l’expression de la violence du capitalisme. Mais il a eu l’avantage de pouvoir prétendre transcender les diversités culturelles et politiques pour s’imposer comme un dénominateur commun minimum, par rapport auquel la Chine aussi bien que la Russie, l’Afrique ou l’Inde devraient s’accorder en s’alignant sur l’idéologie des États-Unis. On voit bien à quel point et à quel prix de souffrance humaine la divergence cubaine est exposée ; à quel point elle est diabolisée par les grandes puissances. On dénonce dans les pays du Nord la vision alternative dont Hugo Chavez s’est fait lechampion au Venezuela contre les 5% de propriétaires qui prétendaient imposer leur loi avec leur argent et avec l’appui des États-Unis au 95% de pauvres. On souligne, non sans raison, que les indignés contre Wall Street et le 1% des dominateurs qui dirigent la planète, ont eu du mal à théoriser leur indignation et à proposer une solution alternative, malgré les deux livres célèbres de Stéphane Hessel : Indignez-vous !, Engagez-vous !
Cette nouvelle mouture de l’universalisme, cette fois non plus catholique ou marxiste, mais marchand et donc financier, est aujourd’hui difficile à contester, tant elle est en apparence dépourvue de références identitaire et culturelle. Elle est aussi renforcée par le prétendu universalisme de la technoscience et par la mondialisation des transports et des réseaux numériques de communication, qui, elle, est indéniable. Elle prétend donc imposer sa transcendance pragmatique tout en respectant les diversités linguistiques et culturelles. Et il est vrai qu’elle paraît hautement préférable aux hégémonies précédentes, religieuses,  militaires ou fascistes, car elle respecte du moins beaucoup plus la liberté d’expression et s’affiche démocratique, se déclare même le champion de la démocratie.
Il n’en demeure pas moins, que sa violence, son cynisme et les crises mondiales dans lesquelles nous plonge aujourd’hui la spéculation financière sauvage que justifie cet ultralibéralisme, aboutit à sa remise en question, non seulement par des majorités de citoyens des classes moyennes et pauvres dans les pays qui en subissent la loi d’airain et sombrent dans un chômage généralisé. L’écart grandissant entre les riches, toujours plus riches, et les pauvres, toujours plus démunis, devient intolérable et destructeur, non seulement des sociétés qui lui sont soumises, mais aussi des gouvernements qui tentent de lui résister et de maintenir un pouvoir autonome de régulation, et finalement de lui-même. Il porte à la révolte des masses, à la perte des consensus sociaux et politiques sans lesquels les nations et les rapports entre les nations ne sauraient se maintenir. Les crises financières, sociales et politiques à répétition qui sévissent dans l’Union européenne aujourd’hui et menacent de la désintégrer, en donnent la preuve incessante.
Le dévoiement des spéculateurs qui misent sur la misère et sur la destruction des solidarités sociales et des identités, ceux qui rient aujourd’hui des intellectuels contestataires et dénoncent les dictatures de Cuba et du Venezuela, ne voient pas qu’ils légitiment eux-mêmes cyniquement la dictature de l’argent. Il faudra bien, pour en sortir, que nous inventions un mode de socialisation et de rapports internationaux nouveau, quoiqu’en disent les puissants de ce monde. Le système actuel tire à sa fin, car il perd sa légitimité idéologique et aboutit à des crises mondiales. Et nous ne doutons pas, contre tous les discours dits réalistes, contre toutes les apparentes logiques économiques et financières, contre tous les pourfendeurs de naïvetés morales, que seule une exigence de solidarité sociale et d’éthique planétaire pourra nous remettre sur la route du progrès humain. 

jeudi 9 mai 2013

samedi 20 avril 2013

La cosmologie des liens des Maori: le Whakapapa

Le Musée de la civilisation de Québec présente actuellement une magnifique exposition sur la civilisation polynésienne des Maori. Leur conception de la nature et de la société repose sur les liens qui unissent toutes choses. Voilà donc une autre déclinaison de cette structure de l'univers, des hommes et objets, que Confucius avait établie dans la Chine ancienne. Le Musée de la civilisation décrit ainsi le Whakapapa:

Dans la vision maori du monde, tout est lié - les personnes, l'environnement naturel et les objets animés ou inanimés. Cette interconnexion constitue le Whakapapa. 
Le Whakapapa s'exprime à travers les généalogies, les rites et les histoires. Ensemble, ces héritages forment la base d'un savoir qui permet aux hommes de définir qui ils sont et comment ils sont liés les uns aux autres, ainsi qu'au monde qui les entoure. Les chefs tribaux et les anciens sont chargés de préserver et d'utiliser ce savoir à bon escient. 
Au sein de la société maori, le Whakapapa décrit les liens étroits entre une whanau (famille), son hapu (sous-tribu) et son iwi (tribu). Le Whakapapa relie aussi une personne à son waka (canot ancestral). L'art maori traditionnel et contemporain, ainsi que le ta moko (tatouage) décrivent parfois ces liaisons.

On croirait entendre un gourou du cybermonde nous décrire ainsi le rôle des hyperliens dans l'interprétation de l'univers, la navigation sur le web, la gouvernance sociale, les finances, l'économie, l'identification, la gestion et le contrôle des citoyens et des objets, sans oublier les liens des médias enrichis et de la réalité augmentée, y compris le système bluetooth des hyperobjets qui communiquent entre eux sur les réseaux numériques! Nos téléphones intelligents sont devenus les baguettes magiques de notre Whakapapa numérique d'aujourd'hui. La métaphore de Confucius et des Maori est réactivée par notre fascination actuelle pour les hyperliens, qui nous invitent à interpréter l'univers, la société et les réseaux d'objets connectés comme des hypertextes. Avec les gri-gri et la pensée magique propres à l'âge du numérique.

Erweitertes Bewusstsein und Planetensittenlehre


Mit Legitimität spricht man von erweiterter Wirklichkeit, und lobt man sie. Ohne Zweifel gelingt man mit vermehrten Hyperlinks die Information über ein Bild, eine Architektur, über irgendwas zu erweitern. Wenn ich in einem Museum ein Gemälde mit meinem smartphone angucke, kann ich danks zu vorgeschlagenen Hyperlinks sofort über den Künstler, die Geschichte des Werkes, die Singularität der künstlichen Schule, usw. weiterwissen. Man spricht dann von "bereicherten Medien".
Im selben Sinne schlage ich vor, von erweitertem Bewußtsein zu sprechen. Danks zu zahlreichen Information's Hiperlinks weißt man heute in Echtzeit (real time) von der ganzen Welt, was los ist. Man kann nicht mehr sagen, daß man von Konzentrationslagern nicht wußte. Ich kann gleich darauf von der Gewaltthätigkeit in Syria oder in Afrika wißen, sehen und hören. Daher entwickeln wir ein erweitertes Bewußtsein vom unaufhörlichen Ägerniß der Menschlichkeit und von unserer Verantwortlichkeit, es zu Ende zu bringen. Wir entdecken dadurch die Notwendigkeit und Dringlichkeit einer Planetensittenlehre, die jeden einzigen Menschen besser beachten wird. Sicher ist das Drinkwasser je nach jedem Ort verschieden, aber jeder Mensch sollte Drinkwasser zur Verfügung habe. Ein Dach darf aus Palmen, Holz, Eisenblech, Adobe, Cement, Plastik, Ziegeln, Schiefern oder Stein sein. Aber jeder Mensch hat Recht zu einer körperlichen Schützung. Die Gewalt, die Ausbeutung, die Ungerechtlichkeit, die überall in der Welt zu bestätigen sind, dürfen nicht mehr unbekannt sein. Dieses neue Bewußtsein unserer Verantwortlichkeit und der Dringlichkeit die Welt zu ändern und verbessern, nenne ich unser erweitertes Bewußtsein. Und es ist ein sonderbarer Satz, aber auch ein Gewiß, daß wir dafür dem digitalen Codex, den digitalen Medien, den Hyperlinks, wie auch im Falle der erweiterten Wirklichkeit, das bedeutet der digitalen Technologie, danken müssen.  Ihre neue Macht ist nicht nur das Problem, sie bietet auch die Lösung des Problems. Und die neurologische Wissenschaft hat diese Plastizität des Gehirns gezeigt. Der Geigenkünstler entwickelt mit der Praxis die besonderen Netze von Neuronen und Synapsen, die ihm erlauben spezifische Reflexe der Finger und des Armes zu geniessen, die nötig sind um Geige zu spielen. Diese Plastizität gilt für Autofahren wie auch für das ethische Bewutsßein.

mardi 12 mars 2013

L'hyperhumanisme doit beaucoup à Gutenberg


             Hommage à Gutenberg, 2013, peinture acrylique sur toile

L'humanisme doit beaucoup à la diffusion des livres grâce à l'imprimerie de Gutenberg, et aujourd'hui l'hyperhumanisme est né de l'extension planétaire de l'internet. Le code binaire informatique est l'aboutissement de l'invention de l'alphabet phonétique (non analogique), puis du caractère mobile de Gutenberg, ancêtre du 1 et du 0.

lundi 11 mars 2013

La conscience augmentée

 
 La société de masse, 2013, peinture acrylique sur toile, 132x180cm

Par les hyperliens numériques, notre conscience planétaire augmente et nous développons une solidarité organique, comme membres libres et avertis des innombrables scandales auxquels nous aspirons à mettre fin. Nous ne vivons plus localement, mais conscients des multiples évènements qui menacent les droits humains en Syrie, au Mali, etc., qui menacent les équilibres écologiques, qui résultent des spéculations financières et créent des crises économiques. Stéphane Hessel nous invitait à nous indigner et à nous engager. C'est cela la conscience augmentée, une hyperconscience que développe paradoxalement une technologie triviale et son code binaire.

samedi 9 mars 2013

Planète hyper


La planète hyper (édition vlb, 2003) est un livre qui voyage beaucoup: ici aux Maldives en mars 2013 (photo Bernard Platel). J'aurais aimé accompagner mon livre et nager moi aussi parmi les extraordinaires poissons du récif. La nature est tellement belle qu'on se demande pourquoi? Serait-ce une question métaphysique? Voir théologique? La nature est Dieu, disait Spinoza, le fondateur du matérialisme (après Démocrite).

jeudi 21 février 2013


Clavardage sur le web, peinture acrylique sur toile, 2013

L'hyperhumanisme se fonde sur une conscience augmentée grâce aux liens numériques qui nous rapprochent virtuellement de l'Humanité inclusive de sa diversité.

jeudi 14 février 2013

UNE CONSCIENCE AUGMENTÉE





Aujourd'hui est jour d'indignation. Un jour de plus face au scandale humain permanent de notre planète. Notre éthique planétaire est encore bien fragile; presque un mot creux pour les masses humaines que nous sommes. 

Tweetbaiser, 20#13, peinture acrylique sur toile, 62x80cm

Pourtant, nous observons l’émergence d’une conscience augmentée en temps réel de cette masse réseautée d’êtres humains en quête de son unité par-delà les distances géographiques qui  s’abolissent aujourd’hui dans le respect de sa diversité culturelle et linguistique.
Ce concept de conscience augmentée, que je propose avec insistance depuis quelques années, et qui me paraît plus important pour notre avenir que le concept de réalité augmentée, parce qu'il est le fondement de l'éthique planétaire de l'hyperhumanité, il est manifestement moins populaire parce qu'il parle de cette accumulation de liens humains qui le fondent et non d'innovation technologique susceptible de rentabilité commerciale, mais il est la résultante historiquement la plus importante de la révolution numérique dans laquelle nous sommes engagés. Espérons qu'il prendra sa place bientôt dans le vocabulaire du XXIe siècle. 
Aujourd’hui, nous ne pouvons plus dire, comme à propos de la Shoah : je ne savais pas. Nous ne pouvons plus faire semblant d’ignorer tous les scandales, les crimes contre l’humanité qui se perpétuent quotidiennement sur notre planète. Plus d’information crée plus d’indignation, une conscience plus aigue dues atteintes aux droits humains élémentaires. Plus d’indignation crée plus de mobilisation collective pour mettre fin à l’inacceptable.
Mais cette conscience augmentée ne s’applique pas seulement à créer plus d’exigence éthique planétaire. Le concept englobe aussi notre conscience de la diversité humaine, de la richesse de nos cultures, plus de tolérance aux variations de nos systèmes de valeur.
Cette conscience augmentée, cette nouvelle hypersensibilité planétaire nous  mobilise aussi par rapport à des enjeux écologiques, politiques, scientifiques, indigènes, etc. Cette conscience augmentée est nécessairement inclusive. Et nous voyons comment les médias et les opinions publiques se mobilisent immédiatement, en temps réel par rapport à une catastrophe naturelle, un tremblement de terre, un tsunami, ou un désastre humain (une guerre, une famine, une injustice révoltante).
Nous croyons au progrès de cette conscience augmentée avec le développement de l’information et des liens. Et c’est un paradoxe magnifique que de constater ainsi l’effet bénéfique que peut avoir une innovation technologique aussi élémentaire et triviale que le code binaire jusqu'au niveau de l’exigence éthique la plus strictement humaine.